Una ciudad cuenta con espacios públicos para beneficio de las personas, ya sea para transitar, pasear, descansar, observar, etc. pero, ¿es justo que estos espacios se encuentren desatendidos?
El espacio público es el escenario de la interacción social cotidiana, cumple funciones materiales y tangibles: es el soporte físico de las actividades cuyo fin es satisfacer las necesidades urbanas colectivas que trascienden los límites de los intereses individuales. La calidad del espacio público debe evaluarse sobre todo por la intensidad y la calidad de las relaciones sociales que facilita, por su capacidad de acoger y mezclar distintos grupos y comportamientos, y por su capacidad de estimular la identificación simbólica, la expresión y la integración cultural.
Ahora bien, ¿de quién debe ser responsabilidad de que todo lo anterior se cumpla?
Yacucalle cuenta con una extensa área destinada a espacios de recreación pública en la que se encuentran abandonadas alrededor de 5 hectáreas y restringido el acceso en ciertos escenarios deportivos. En el caso del espacio abandonado, esta situación ha dado paso a que la delincuencia principalmente se desarrolle en el sector, además de la mala imagen que presenta a la vista de los ciudadanos y turista; por otro lado se puede decir que representa un área muerta que ningún beneficio ofrece a la población.
En cuanto a los espacios deportivos, la restricción al acceso ha creado conflictos en otras áreas del parque que han sido sub utilizadas para la práctica de estos deportes y más importante aún, contradice el concepto de espacio público impidiendo que cualquier persona goce y aproveche el espacio para recrearse y mantener un estilo de vida sana a través del deporte.
Como conclusión: ¿Deberían llamarse lugares públicos al contar con estos espacios?